martes, 4 de mayo de 2010

El petroleo del siglo XXI

En la actualidad cada uno de nosotros deseamos estar al día en casi todos los aspectos, moda, complementos y, también, tecnología. Un ejemplo de ello es la telefonía móvil. ¿Quién no posee hoy en día un magnifico móvil con cámara de tantos mega píxeles, y tecnología 3G? ¿O un increíble mp4 portátil y ultraligero donde escuchar música o ver tus películas favoritas? Sin embargo alguna vez os habéis preguntado cómo funcionan realmente estas prodigiosas maquinas.

Entre sus numerosos componentes se encuentra uno de especial relevancia, ya no por su precio o por lo que es capaz de hacer, sino por la enorme cantidad de víctimas que han perecido por su culpa. Hablo del coltán.

Muy posiblemente la mayor parte de vosotros nunca habréis oído hablar del coltán por lo que es necesaria una aclaración. En primer lugar huelga decir que el coltán no es ningún mineral establecido, sino una mezcla de dos minerales conocidos, la columbita y la tantalita, siendo muy escasas las reservas de éste en estado natural. No obstante a pesar de ello el coltán se ha convertido en el auténtico petróleo del siglo XXI por parte de las grandes empresas de alta tecnología, siendo definido por periódicos como El País (26-09-2007) como un mineral estratégico. Esto se debe a sus propiedades como conductor de la electricidad y a su aplicación para el desarrollo de condensadores electrolíticos de tantalio básicos para la producción de aparatos de la más avanzada tecnología, que hoy en día se corresponde a un proceso de miniaturización de gadgets como los teléfonos móviles, ordenadores portátiles, pantallas LED, mp3/4 o videoconsolas.

No obstante el país donde existe la mayor reserva de coltán en el mundo es la República Democrática del Congo (80% mundial), una nación sesgada por el conflicto y la tragedia desde que se iniciara el 1998 la Segunda Guerra del Congo, también llamada la Guerra del coltán, finalizada en 2003 aunque con consecuencias aun visibles en la actualidad debido a la magnitud del genocidio congoleño. Durante el enfrentamiento armado las diferentes facciones lucharon por el control de los principales recursos del territorio con el fin de que su venta a los “países blancos” les permitiera financiar nuevas armas y recursos para proseguir con la matanza.

Lo cierto es que no importó a Occidente que dicha guerra provocase 3,8 millones de muertos entre 1998 y 2003 ya que las corporaciones continuaron con la compra de este mineral de forma ilegal, a pesar de que Australia posee también un importante mercado de coltán, obviamente más caro. De hecho la cadena BBC indicó en 2002 que el ejército ruandés había adquirido más de 250 millones de dólares en tan solo 18 meses con la venta ilegal de coltán, siendo esta fortuna utilizada para comprar armas para sus interminables guerras.

A tenor de lo ocurrido han sido ya muchas las empresas de alta tecnología que han rehusado públicamente a utilizar más coltán procedente de África. No obstante para impugnar tales declaraciones apareció una obra titulada “El libro negro de las marcas” escrita por un periodista austríaco llamado Klaus Werner donde exponía pruebas de que dichas entidades mentían en sus promesas sobre la compra del coltán. Más recientemente el periodista canario Alberto Vázquez-Figueroa publicó un libro en titulado “Coltán” donde realiza una reflexión sobre el poco interés existente entre multinacionales como Nokia (primer fabricante de teléfonos móviles del mundo) por hacer pública la existencia del coltán y el trasfondo sangriento que implicaría una muy posible bajada de ventas repercutiendo en sus ingresos (de más de 41 mil millones durante 2006)

En todo caso, el problema de este pequeño mineral no es más que la piedra de toque, la punta del iceberg de la sobreexplotación del continente negro por parte de la industria y el capitalismo occidental, un sistema económico que no entiende de vidas humanas, solo de beneficio neto trimestral. Realmente me pregunto, a modo de reflexión personal, si la economía es el factor que implica la deshumanización del humano, el alejamiento de la realidad por un consumismo que envuelve de ensoñación a la sociedad. Pero pretendiendo mostrar un halo de esperanza me quedo con una frase de Nelson Mandela en la que sueña con un África diferente, quizá la base para un mundo diferente: Durante toda mi vida me he dedicado a esta lucha del pueblo africano. He peleado contra la dominación blanca, y he peleado contra la dominación negra. He buscado el ideal de una sociedad libre y democrática, en la que todas las personas vivan juntas en armonía e igualdad de oportunidades.”








1 comentario:

  1. Buen articulo, veo que la rosa de los vientos empapa el blog, solo tengo que añadir la puntillita medica, y es que gracias al coltan se esta introduciendo en la cadena humana radiactividad ya que en la mayoria de las ocasiones el coltan se encuentra unido a elementos radiactivos que los negritos recogen con sus propias manos, una calamidad vamos, sin mencionar lo que suponene para el entorno natural de estos paises el dejar minas radiactivas a cielo abierto mas un plus de contaminacion de agua y espacios naturales por emplear una tecnologia de estracción mineral propia del siglo XIX.

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